Consentirse recarga energías
¿Consideran que consentirse es ser egoísta? ... ¡Error! Consentirse es una excelente forma de nutrir nuestra alimentación primaria y recargar energías. Porque no todo lo que nos alimenta es comestible...
Existen autores que hablan de una alimentación primaria y una secundaria. Se le dice alimentación secundaria a todo lo que entra por la boca: comida, bebidas, licor, suplementos, cigarros, medicinas…
Por otra parte, la alimentación primaria es todo lo demás que nos nutre. Por ejemplo, las relaciones, nuestro trabajo, la espiritualidad, los ejercicios, el ambiente del hogar, etc. La alimentación primaria es tan importante como la secundaria. Y si no nos sentimos satisfechos con la alimentación primaria, no importa qué tan bien estemos comiendo, no nos vamos a sentir saludables. Al fin de cuentas, ¡todo está conectado!
Por eso es que consentirse, hacer pequeñas cosas que nos hagan sentir bien, es cuidar de uno mismo pues estamos nutriendo nuestra alimentación primaria. Ese auto-cuidado (self-care en inglés) nos ayuda a recargar baterías, a rendir más y a estar de buen humor.
Para algunas personas el auto-cuidado puede ser su hobby, como el deporte, o para algunas personas será escuchar música, cocinar, encender candelas con fragancia, darse un masaje,... Puede ser cualquier actividad, esto es muy personal, recordemos la bio-individualidad. Ahora bien, todos necesitamos luz del sol diariamente para recargar baterías, es vital para la formación de vitamina D.
Otras opciones pueden ser darse una larga ducha caliente, desconectarse de todos los electrónicos por un día, leer historietas, escribir los pensamientos en un diario o dormir un poco más que lo usual. Prueben hasta encontrar aquello que les haga sentirse bien y háganlo de forma constante. En mi caso personal, la forma de recargar energía es leyendo un libro en la naturaleza, bajo el sol de la mañana.
El punto crucial del auto-cuidado es que ustedes deben decidir hacerlo, y agendar un espacio en el calendario para llevarlo a cabo, por más ajetreada que sea la rutina. Si no apartan ese momento, terminarán postergando las actividades que los hacen sentirse bien. Aunque pueda ser difícil hacernos tiempo en medio de la agitación de la cotidianidad, la paz y la salud –mental y física- que resultan de ello hacen que valga la pena.
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