top of page
Blog
  • Foto del escritorMelania Gamboa

El día del brócoli y la canasta de pan


Una vez por semana mi familia se reúne a una cena familiar en la casa de mis papás. Son momentos muy bonitos y compartimos bastante. Definitivamente mi familia entera ha hecho un esfuerzo por tratar de adaptarse y así poder ayudarme a comer sin gluten, sobre todo mi mamá, pero no siempre saben qué hacer o a veces, se les olvida por completo.

Una noche entré a la cocina y mi mamá me dice: "Mijita, esto es lo tuyo" y me entrega un recipiente pequeño de brócoli. Silencio... "Esto no es mucha comida...", "El brócoli no me gusta mucho" y "Emmmm...." fueron algunos de mis pensamientos. Volví a ver a mi mamá y tenía una sonrisa un poco arrepentida. En ese momento, mi cuñada, hermana, ella y yo soltamos una risa. Por lo menos pudimos reírnos del momento.

Aclaro que mi mamá piensa mucho en mi. Hace lo mejor para siempre tenerme algo que pueda comer, pero a veces, se le olvida o se le enreda. Hasta para mi es difícil: aparte de que no debo comer gluten, también tengo alergia al huevo, lácteos, soya y garbanzos. Y cuando la comida son garbanzos y brócoli gratinado pues la opción sin gluten y sin lácteos es... ¡brócoli!

Esa misma noche, ya sentados alrededor de la mesa, mi papá nos ofreció pan sosteniendo la canasta sobre el centro de la mesa. Yo no sé si fue realidad o que mi mente ya se imagina estas cosas, pero yo vi pequeñas boronas de pan caer sobre la comida. Mi pensamiento fue: ¡Debo proteger mi brócoli! y puse las manos encima de mi plato formando una barrera entre las boronas y mi única comida ... "¡Papi! ¡No pase la canasta sobre los platos!"... fue el clamor de mi hermana y mío. Lo más divertido fue la cara de confusión que nos hizo con su brazo todavía extendido sosteniendo la canasta de pan. Tomó varios segundos recordarle que ese es el perfecto ejemplo de contaminación cruzada. Eso fue tres años después de mi diagnóstico.

Tampoco culpo a mi papá. El tema de contaminación cruzada es complicado y de mucho detalle. También toma práctica interiorizar los conceptos. Además, él mismo pensó en traer una mesita pequeña para colocarla al lado de la mesa principal y poner la canasta de pan ahí, bien lejos de mí. "Echando a perder se aprende", dice el dicho.

Últimamente mi estrategia ha sido comer antes de salir de mi casa y llevarme una merienda en caso de que la cena termine siendo muy poca en cantidad o poco variada. Confieso que es tedioso y cansado, pero me ha funcionado bastante bien.

¿Tenés una "glutaventura" que compartir? Escribinos a info@canelawellness.com con tu historia y podría se publicada en nuestro blog.

Fotografía del brócoli: Steven Lilley

46 visualizaciones
Artículos destacados
Seguinos en redes
  • Facebook icono social
  • Instagram
  • YouTube
  • WhatsApp
bottom of page