Melania Gamboa
El día que mis amigos me protegieron del gluten

Hace unos meses estuve en un viaje de trabajo con varios colegas. Nos vemos varias veces al año, por lo cual ya todos están bastante conscientes de mi sensibilidad al gluten, así como todas mis otras alergias (huevo, lácteos, soya, garbanzo). Y hubo un momento tan lindo y divertido que se los tengo que compartir. Todo comienza cuando estamos en un restaurante asiático, ordenando. Lo bonito de los restaurantes asiáticos es que la comida se pone al centro y todo se comparte, pero para una persona con sensibilidad al gluten eso es complicadísimo.
Se abre el telón.
Yo: "Estimado mesero, estoy en una dieta médica restringida...". etc etc etc. Ya tengo mi discurso tan practicado que me sale perfecto. Claro, el mesero era tailandés y no sé si entre acentos nos logramos entender. Sin embargo, lo que sí entendí es que me iban a traer varios platos por aparte.
La primera hora no comí, porque los platillos que iban saliendo todos contenían gluten, o alguno de los otros alérgenos. Cuando llegó mi comida salta mi compañero, el holandés, y dice: "¡Cuidado con ese plato! Me parece que tiene una salsa oscura y probablemente es salsa de soya!". Efectivamente así fue y el mesero se lo llevó de vuelta a la cocina.
(Yo sonrío y me río.)
Llega el mesero sonriente con mi segundo platillo diciendo: "Este es para usted, señorita, es especial." En ese momento se levanta mi compañera, la china, a decir: "¿Qué son esas bolitas blancas?" El mesero aclara que son hecha de granos. "Granos, como harina?" pregunta ella. "Sí." Oh oh... Va de vuelta a la cocina. Ese pobre mesero...
(Yo sonrío y me río)
Finalmente llega el tercer platillo, el cual es revisado efusivamente por tres amigos: el holandés, la china y la inglesa. Todos aprueban que el plato es seguro y me dejan comer. Comí dos horas después y quedé con hambre pero comí tranquila y contenta.
Finalmente les digo: "Me han hecho el día. Ustedes no saben la angustia constante que estar preocupada por mi comida 24 horas al día, 7 días por semana, y hoy ni siquiera tuve que abrir la boca. Ustedes lo manejaron como expertos."
Se cierra el telón.
Aplausos y abrazos a todos esos amigos superpoderosos que nos cuidan y protegen.
Gracias, gracias, gracias. ;)
(La foto es solo para efectos ilustrativos, puesto que en esta situación estábamos en un restaurante holandés y también tuvimos que devolver comida. La ensalada vino con crutones encima. AAAAAA!! Jaja)
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