top of page
Blog
  • Foto del escritorMelania Gamboa

"Al grano" - ¿Por qué las cebras no tienen úlceras?


¡Hola! Estamos probando una nueva categoría de artículos en el blog que hemos llamado "Al grano" puesto que son nuestras apreciaciones sintetizadas de libros leídos, conferencias asistidas, cursos tomados, videos vistos o podcasts escuchados. Nos encantaría que nos contés qué te parece este artículo y hemos incluido un vínculo al final del texto para que nos des tu opinión. ¡Gracias!

----

El último libro que leí se llama: Por qué las cebras no tienen úlceras (Why zebras don´t get ulcers) de Robert M. Sapolsky. Su tema central es sobre el estrés, y como este es necesario para mantenernos vivos en situaciones de vida o muerte. Pero en el mundo actual, nos estresamos por TODO, desde fechas de entrega, tráfico pesado o inclusive situaciones potenciales imaginarias. Todo estrés que no sepamos manejar es terrible para nuestro cuerpo y nuestra salud. A continuación, nuestro resumen "Al Grano" te cuenta por qué las cebras no tienen úlceras" y cómo podemos aprender a ser más como ellas.

Las cebras en África sufren de estrés por depredadores, o tal vez hambruna, si les hace falta comida o agua. Sin embargo, estos son solo momentos temporales de estrés agudo que luego vuelven a la normalidad. La cebra no pasa "rumiando" sus preocupaciones sobre el futuro de forma repetitiva o lamentándose por el pasado, algo que los humanos hacemos con frecuencia. (Una cebra definitivamente no estaría pensando en la pereza ir al té de canastilla de la cuñada de Caro.... que tras de que te cae mal, tenés que llevarle regalo a la criatura y pagar $30 de cuota... O en el estrés de que esto se te juntó con el mes que te toca pagar deudas...)

El estrés se origina como respuesta a crisis físicas agudas, como tener que salir corriendo para evitar ser el almuerzo de un león, o tener que caminar por muchos kilómetros para encontrar agua. No obstante, los humanos nos estresamos por cosas imaginarias también, situaciones que no requieren actividad física (como enfadarnos con nuestro jefe) que es poco probable que puedan ser resueltas huyendo o peleando. Este tipo de estrés es un fenómeno bastante reciente desde una perspectiva evolucionaria. (Una cebra no estaría estresada por el hecho de que te acabás de tirar un par de burritos con frijoles y chorizo, de que estás a punto de entrar en órbita y que vas a espantar a Lupita en tu cita #3. ¡Y todo iba tan bien!...)

Pero para eso necesitamos hablar primero del sistema nervioso autónomo. El sistema autonómico nervioso se divide en dos: 1) Sistema simpático: el de huir, pelear y paralizarse 2) Sistema parasimpático: el de descansar, digerir y reparar. El sistema funciona como un interruptor: cuando un sistema está encendido, el otro está apagado, y vice versa. El sistema simpático se activa en emergencias reales o percibidas y envía hormonas, oxígeno y energía a todos los sistemas dentro del cuerpo para que podamos huir o pelear. El sistema parasimpático se activa cuando la emergencia se ha solucionado y promueve el crecimiento, el almacenamiento de energía, la digestión de alimentos, el descanso y la reparación de tejidos.

El problema de tener el sistema simpático encendido constantemente (ejemplo: mi trabajo y mi relación de pareja me estresa siempre) es que las hormonas de pelear y huir quedan en nuestro torrente sanguíneo, impidiendo la buena digestión de los alimentos (¿Alguna vez has estado comiendo cuando te dan una mala noticia? Es normal que se te quite el hambre), la reparación de tejidos e inclusive, nuestro "apetito" sexual. Esto genera un excedente de energía que a la vez genera fatiga, un aumento en la probabilidad de úlceras, bajas defensas y más vulnerabilidad a infecciones y enfermedades. (Por ejemplo, una cebra no se estresaría si su esposa le pregunta: "¿Me veo gorda en estos pantalones? Si se le atraviesa un carro desconsideradamente en la pista o si llegás a la casa y tus hijos la dejaron desordenada con juguetes...)

  • El estrés nos pone en riesgo de desarrollar enfermedad arterial y cardiaca. Esto se da porque cuando estamos estresados la frecuencia cardiaca aumenta y los vasos sanguíneos se vuelven más rígidos lo cual aumenta la presión arterial. A la vez se promueve la creación de más músculo del corazón para que este pueda bombear la sangre mejor, generando a su vez más presión arterial, creando un círculo vicioso. Además, la presión sanguínea inflama ciertas partes del sistema circulatorio, creando pequeños coágulos que pueden bloquear el paso de la sangre. Si uno de estos coágulos bloquea el paso a los músculos del corazón, puede sufrir un ataque al corazón. Si el coágulo bloquea el paso al cerebro, puede ocurrir un derrame.

  • El estrés nos pone en riesgo de desarrollar diabetes. Durante una situación estresante, el cuerpo necesita energía para huir o pelear. Componentes como amino ácidos, glucosa y ácidos grasos son expulsados de las células a la sangre para proveer de energía a los músculos. Sin embargo, si la situación no requiere de actividad muscular, (lo que usualmente ocurre si el estrés es ocasionado por pensamientos), entonces los nutrientes serán reabsorbidos por las células. Estas "falsas alarmas" agotan a tu cuerpo, dado que se necesita energía para cada uno de estos procesos celulares. El estrés continuo, las falsas alarmas y esa expulsión y reabsorción innecesaria de nutrientes, puede conllevar al desarrollo de diabetes. Además, la diabetes endurece y engrosa las paredes arteriales, aumentando el riesgo de infartos, derrames y otras enfermedades. (Una cebra no se preguntaría si dejó el horno encendido, o la puerta sin llave, o si se le olvidó comprar jabón de lavar ropa y comida para los perros...")

  • El estrés produce cambios en el cerebro que imitan a los síntomas de la depresión y dificulta la recuperación de traumas. Cuando una persona sufre de estrés crónico su capacidad para sentir placer disminuye. Es decir, esa misma persona, con un estímulo placentero (como por ejemplo, el abrazo de un pariente), en momentos de estrés crónico, produce menos hormonas de felicidad que cuando no está estresada. Adicionalmente, personas bajo estrés crónico pueden perder la confianza en sus habilidades para resolver problemas, generando un sentimiento de "impotencia aprendida", común en personas deprimidas.

  • Los sistemas reproductivos, tanto de hombres como mujeres, son fácilmente afectados por el estrés. De hecho, el cuerpo utiliza los mismos precursores biológicos para crear hormonas de huir y pelear así como las hormonas sexuales. En momentos de estrés el cuerpo va a priorizar la producción de hormonas como adrenalina, sobre hormonas sexuales, generando problemas. El estrés crónico puede generar eyaculación precoz y disfunción erectil, atrapando al hombre en un círculo vicioso de angustia por desempeño. En la mujer el estrés disminuye la producción de estrógeno, llevando a ciclos menstruales irregulares y pérdida de líbido.

Puntos de acción:

  1. Tomá responsabilidad por las cosas que podés controlar: Hay cosas que podemos controlar y otras no. Si nos damos a la tarea de ignorar aquello de lo cual no tenemos control y nos enfocamos en cambiar aquello de lo que sí tenemos control (incluyendo nuestra forma de ver el mundo), esto disminuye el estrés. Por ejemplo: si tenés un proyecto con fecha de entrega, lo mejor será trabajar en él con antelación para tenerlo listo a tiempo. Si entregás el trabajo y la retroalimentación no es buena, pensá en qué aprendiste y qué podés mejorar, en lugar de victimizarte o auto-criticarte. (Por ejemplo: En el exámem de estudios sociales pusiste que fue Armstrong el que descubrió América. ¡Ups! Podrías enojarte y autoflagelarte o, simplemente buscar la respuesta correcta para asegurar que lo tendrás claro en el próximo examen.)

  2. Ofrecé y solicitá apoyo de tus seres queridos: Tener un círculo social con quien compartir tus preocupaciones es de gran valor. La ciencia también ha demostrado que dar apoyo a seres queridos o causas sociales también son medidas preventivas contra estresores. ¡Buscá una causa o ayudá a un amigo! Te sentirás mejor en el proceso.

  3. Encontrá tu actividad anti-estrés y hacela regularmente: ¿Te gusta pintar? ¿Bailar? ¿Hacer ejercicio? No importa cuál sea la actividad que disminuye el sentimiento de estrés, lo importante es tomarse el tiempo para llevar a cabo esta actividad con regularidad. (Ajá... estoy segura hay más de un goloso pensando en su actividad favorita en este momento...)

Adicionalmente a este resumen, considero que toda persona puede manejar su estrés de una mejor forma si incluye prácticas de respiración y meditación diaria.

¿Qué te pareció este nuevo tipo de artículo? Danos tu opinión aquí.

* Este artículo no diagnostica o trata padecimientos. Es mi interpretación de la lectura del libro mencionado.

Libro: Why Zebras don't get Ulcers

Fotografía: Flicker Creative Commons - skepticalview

1554 visualizaciones
Artículos destacados
Seguinos en redes
  • Facebook icono social
  • Instagram
  • YouTube
  • WhatsApp
bottom of page