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  • Foto del escritorMelania Gamboa

¿Propósito de año nuevo? Mejor una tabla de sueños con intención


Por muchos años me puse un propósito de año nuevo a principios de enero. Una “resolución”, como le dicen algunos. Estos propósitos eran: dejar de comer dulces, ir al gimnasio, o inclusive, leerme un libro nuevo cada dos semanas. La verdad es que esos propósitos nunca se cumplieron. A lo poco lograba mantenerlos por quince días, a lo mucho, mes y medio. Y ciao, descartado. No volvía a pensar en propósitos o resoluciones hasta enero del año siguiente. ¿Alguno se identifica con esto?

La experiencia y la investigación me han enseñado que los propósitos de año nuevo no funcionan, por lo menos, no en la forma en que tradicionalmente los planteamos. Por un lado, los propósitos generalmente buscan perfección, son estresantes y fomentan la autoflagelación. Por ejemplo, imaginá que este año hiciste el propósito de no volver a comer azúcar. Sin embargo, en una fiesta de cumpleaños tu Tía Lupita llevó tus galletas preferidas recién horneadas. ¿Cómo no las vas a probar? Y una vez que te comiste una, tu cerebro inmediatamente te critica y te pregunta: ¿y para qué continuar con el propósito si ya lo estropeaste? ¡Hasta ahí quedó tu resolución!

Entonces, ¿qué podemos hacer para motivarnos todo el año de forma efectiva? Para mi la respuesta ha sido el autoconocimiento, un análisis profundo de cada año que pasa y plasmar mi intención con dirección en una tabla de sueños.

Wayne Dyer, en su libro, The Power of Intention, describe la intención como una gran aspiración, acompañada por la determinación para alcanzarla. A diferencia del propósito de año nuevo que suele ser restrictivo, una intención es un norte que nos guía y nos inspira. Además, la intención nos permite experimentar y disfrutar del trayecto, así que si nos desviamos del camino, se nos hace más fácil retomarlo. De hecho, cuando tenemos una intención bien establecida que es congruente con nuestros deseos más profundos, la determinación surge de forma natural y espontánea. Ejemplos de intenciones son: aspirar a ser una persona saludable y activa, aspirar a tener una relación de pareja estable y amorosa, y aspirar a experimentar la aventura a través de experiencias nuevas.

En el siguiente cuadro podés ver ejemplos de propósitos que son difíciles de cumplir porque son restrictivos, versus la intención que te guía y más bien te permite ser creativo/a en formular aquellas actividades y hábitos que te llevan hacia ella.

Si no sentís una determinación fuerte por llevar a cabo aquello que te lleva a tu intención, lo más probable es que la intención no está alineada con tus deseos más profundos. Como dice mi amiga Gaby Esquivel, coach de crecimiento personal, “La intención es como una montaña. Podés pasar todo el año escalando y en la cúspide darte cuenta que escalaste la montaña incorrecta”. Por eso es tan importante tomarse el tiempo para generar intenciones que sean importantes y relevantes para vos y que no sean intenciones que la sociedad te impone.

Listo. Ya que tenemos claro lo que es una intención, pasemos a la herramienta que nos ayuda a plasmar esa intención y esos hábitos para todo el año.

Una tabla de sueños es un lienzo que llenamos con recortes, palabras, y dibujos que nos inspiran. En inglés el término es “Vision Board”. Te incluyo aquí fotografías de tablas de sueños que encontré en Pinterest.

Todas son diferentes y ese es el punto, pues una tabla de sueños es sumamente personal. Sin embargo, en mi opinión, para que una tabla de sueños realmente sea efectiva debe cumplir con dos puntos:

  • Cualquier idea que se plasme en la tabla debe estar alineada con tu intención. Si no está alineada con tu intención entonces ¿para qué incluirla?

  • Debe incluir hábitos motivadores que van marcando el rumbo hacia esa intención. Sin la toma de acción nos podemos quedar en puros sueños.

¿Querés crear tu propia tabla de sueños? Aquí te dejo los pasos a seguir.

1. Agendá un día y buscá un lugar en donde vas a poder estar tranquilo/a. Lo menos que queremos son interrupciones o personas tóxicas que limiten tu energía creativa.

2. Conseguí los materiales: Vas a necesitar papel en blanco, lápiz, borrador, revistas, tijeras, goma, marcadores, fotos, calcomonías. Necesitás buscar un lienzo firme y resistente, como un cartón duro. También vas a necesitar tiempo y energía. A mi me gusta poner música y aceites esenciales en mi difusor que eleven la energía y generan sentimiento de bienestar. También, me hago un té caliente y preparo algunos bocadillos para no interrumpir el proceso. Hay personas que pueden hacer toda la actividad en 3 horas así como hay otras que se toman una semana entera. Esto es personal. A mi usualmente me toma de uno a dos días.

3. Prepará los insumos para tu tabla:

  • Analizá el año transcurrido. Hacé un análisis de todo el año transcurrido con preguntas importantes y de peso para cada área de vida incluyendo la personal, de relaciones y profesional. Por ejemplo:

  • ¿Cuál fue mi mayor reto?'

  • ¿Qué actitudes no me aportaron?

  • ¿Qué situaciones no me aportaron?

  • ¿Qué me trajo un sentimiento de gratitud?

  • ¿Cuáles fueron mis momentos favoritos?

  • ¿Qué recuerdo con felicidad?

Este análisis te va a generar claridad sobre qué querés continuar haciendo este año y qué hábitos o pensamientos te están limitando y posiblemente, querés eliminar. Esta actividad la hago revisando mi frasco de gratitud, y con mi agenda y calendarios a mano. Así puedo realmente revisar lo que hice durante todo el año y no quedarme solo con los recuerdos recientes. Anotá cualquier información clave pues será un insumo para tu tabla de sueños.

  • Generá una visión futura positiva. Cerrá los ojos y imaginá que ya es diciembre de este año. Has alcanzado tus metas, sueños y objetivos. Hacete las siguientes preguntas:

  • ¿Cómo te sentís?

  • ¿Con quién estás?

  • ¿Qué estás haciendo?

  • ¿Qué nuevos hábitos has desarrollado?

  • ¿Qué éxitos has alcanzado?

  • ¿Qué miedos has vencido?

  • ¿Qué te enorgullece?

Anotá cualquier información que te hizo sentir emoción y alegría. Todo esto será un insumo para la tabla de sueños.

  • Hacé una lluvia de ideas de tus intenciones y hábitos en un papel en blanco. Con el paso #2 obtuviste información sobre hábitos y actividades que querés continuar haciendo y hábitos y actividades que querés eliminar. Con el paso #3 obtuviste información sobre cómo te querés sentir este año y qué actividades podrían generarte esas sensaciones.

Ahora sí. Ya podés analizar, pensar y anotar tus intenciones. También podés ir agregando hábitos. Los hábitos son esas actividades que hacés todos los días, inclusive a veces sin darte cuenta, que alimentan o no tu intención. Asegurá que esos hábitos sean realistas y que te inspiren. Hace unos años quise generar el hábito de meditar y me propuse a: “Meditar los 365 días del año.” ¡Eso sí que me generaba ansiedad! Con el tiempo borré ese hábito y escribí otro que me parecía un poco más realista: “Meditar 10 minutos al día”. Al final de cuentas es lo mismo. Lo importante es utilizar palabras que no sean “disparadores” de la ansiedad o la preocupación.

Te comparto algunas de mis intenciones para este año. Te comento que para mi no es suficiente con solo intenciones y hábitos. También necesito otras columnas para metas, para actividades específicas que no calzan dentro de un hábito, e inclusive para frases. Eso está bien y es personal. Lo podés incluir si te sirve.

  • Priorizá y depurá tus intenciones y hábitos. Es muy común sentir que tenés muchas intenciones o hábitos y que esto te genere ansiedad o preocupación. Si esto te sucede, debés priorizar las intenciones. Hay algunas que son más realistas que otras. Vas a estar viendo tu tabla de sueños todo el año por lo cual es importante que te generen emoción, no preocupación. Comenzá con lo más importante. Si durante el año sentís que podés manejar más, podés agregar otras intenciones adicionales.

Una vez que hayás priorizado se comienza el proceso de resaltar aquellas palabras/frases que te saltan a la vista o te emocionan. Esas son las palabras que vas a incluir en tu tabla de sueños a través de recortes, fotografías o dibujos. En mi caso había varías palabras y frases que tenían un significado importante para mi y que quería resaltar en mi tabla: respetar mi cuerpo, vegetales, meditar, paz, tranquilidad, minimalismo, tiempo de calidad, familia, aventura, entre otras.

4. Creá la tabla de sueños y pegala en un lugar visible. Aprovechá todo el material visual que pueda ser recortado, como fotografías, títulos de revistas e ilustraciones. Usá marcadores de colores, escarcha, calcamonías, lo que te guste para crear una tabla atractiva e inspiradora y muy a tu gusto. Pegá la tabla en un lugar estratégico. Yo la coloqué en la pared de mi baño, al lado del espejo donde sé que la voy a ver a diario.

Te deseo la mejor de las suertes para crear una tabla de sueños linda e inspiradora. ¿Qué palabras clave incluiste en tu tabla de sueños? ¡Contanos!

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